El juego de roles es un pilar de la infancia, con grandes y duraderos beneficios. Disfrazarse es una parte especial de este tipo de juego. Ya sea que se pretenda ser un vaquero, un doctor o un chef, ponerse disfraces y encarnar un personaje apoya el desarrollo de maneras importantes.
Los beneficios de jugar a disfrazarse
Jugar a disfrazarse suele comenzar alrededor de los 24 meses de edad y sigue evolucionando a medida que los niños pequeños crecen y adquieren más interés sobre lo que los rodea. Tu niño de 2 años empezará a darse cuenta de los diferentes tipos de vestuario que las personas usan para el trabajo, lo que usan afuera para el frio o la lluvia o como son los personajes de los cuentos de hadas. Mostrará interés en fingir ser otra persona con un juego de disfraces.
Al disfrazarse tu niño:
Usa la imaginación
Desde ser el anfitrión de fiestas de té, hasta pelear con dragones, tu niño pequeño usa la hora del juego para explorar su mundo y crear sus propios escenarios de juego ideales. Esto forma su imaginación y entre más juegue, más se ejercita la misma.
Pretender ser otra persona abre la puerta a escenarios imaginarios más complejos. Además, el acto mismo de ensamblar un disfraz usando elementos a la mano implica creatividad: Un traje puede ser una brillante armadura de caballero un día, y al otro día el de un bailarín. Tu niño puede usar una gorra de beisbol como casco de construcción, gorro de chef, gorro de enfermera o lo que sea que se imagine que es.
Fomenta las habilidades lingüísticas
¡El juego de roles incorpora muchas habilidades lingüísticas! Tu niño puede construir su vocabulario y habilidades lingüísticas a medida que describe la forma como va a pelear con un pirata malo o cuando te explica su día de trabajo como policía.
Aprende empatía
Cuando está jugando a disfrazarse con alguien más (o incluso con un animal de peluche o una mascota), tu niño puede aprender a mostrar empatía por los otros. Por ejemplo, mientras se disfraza de doctor también muestra compasión por sus pacientes. De profesor, puede hablarle amablemente a sus estudiantes mientras los anima a leer.
Construye habilidades socioemocionales
Mediante el juego de pretender, al disfrazase, participar en juegos de roles, tomar turnos y otras numerosas habilidades socio-emocionales, se potencia su inteligencia emocional y lo ayuda a interactuar con los demás. También descubre más cosas sobre sí mismo y los otros, como lo que disfruta o las responsabilidades que tienen las personas en varias profesiones. Jugar a disfrazarse también ayuda a sentar la base que necesitará para desarrollar la teoría de la mente o la comprensión de que los pensamientos y sentimientos de los demás son independientes a los suyos.
Desarrolla habilidades motoras
Jugar a disfrazarse es una oportunidad divertida para que tu niño practique ponerse y quitarse la ropa, lo cual implica habilidades de motricidad gruesa (como equilibrio y coordinación) y habilidades de motricidad fina (movimientos de los dedos, manos y muñecas).
Si bien hay cantidades de disfraces adorables que se pueden comprar, ¡también puedes usar lo que tienes en casa para jugar a disfrazarse! Busca en tu armario ropa y accesorios que se puedan usar para transformar a tu pequeño (o a ti) en un personaje. También puedes ver si amigos o familiares posiblemente tienen ropa o disfraces que puedan donarte. También puedes ser creativo, por ejemplo, ¡una manta vieja de bebé puede ser una perfecta capa de superhéroe!